sábado, 25 de febrero de 2012

MOÑI

La muerte no es nada en absoluto. Tan solo me he deslizado a la habitación de al lado.
Yo soy yo, y tú eres tú. Lo que fuimos el uno para el otro, todavia lo somos.
Llámame por mi nombre familiar, háblame de esa forma tan especial en la que siempre me hablaste. No cambies el tono , ni adoptes un aire de solemnidad , ni de pena.
Riete como siempre nos reimos de los pequeños chistes que disfrutábamos juntas. Juega, sonrie, piensa en mí.
Deja que mi nombre sea siempre esa piedra angular que siempre fué, permite que sea nombrado sin esfuerzo, sin traza alguna de sombra q lo oscurezca.
La vida tiene el mismo valor que siempre tuvo. Es igual que como siempre fue ; una continuidad irrompible.
¿Acaso deberia yo estar fuera de tus pensamientos por estar fuera de tu vista?
Te estoy esperando , esto es solo un intérvalo, te espero muy cerca de tí, a la vuelta de la esquina.
Todo va bien.


                                                                                  Traducido por Henry Scott Holland (1847-1918)